Un hombre muy borracho llega y tropieza en la puerta principal de un bar y pide una cerveza, el bartender le dice: De ninguna manera, amigo, está demasiado borracho. Unos minutos más tarde, el borracho entra en el baño, al rato sale y nuevamente pide una cerveza, y el bartender le dice: No hombre, la última vez le dije que está demasiado borracho. Bien, el borracho sale del bar, pero cinco minutos más tarde entra por la puerta trasera y pide una cerveza, otra vez el bartender le dice: Estás demasiado borracho. El borracho se rasca la cabeza y se dice a sí mismo: Debe ser cierto, en los dos últimos lugares que visité me dijeron lo mismo.
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Llega un borracho a la barra y le dice al bartender: Te apuesto trescientos dólares a que puedo mear en esta copa todo el camino hasta el otro lado de la barra sin derramar una sola gota. El bartender le dijo: ¡Está bien, apostemos! No hay manera de que puedas hacer eso. El borracho entonces comienza a mear por todo el bar, incluso encima de las botellas y del bartender, y al fin y al cabo no meó nada dentro de la copa.
El bartender comenzó a reír y le dice al borracho: Ya, dame los trescientos dólares. El borracho se levanta y se pasa por las mesas del otro lado del bar, riendo y estrechando la mano con los hombres que estaban allí; vuelve a la barra, se sienta y empieza a reírse del bartender mientras le entrega el dinero. El bartender pregunta: ¿Por qué te ríes?, acabas de perder 300 dólares. El borracho le dice: Me río porque aposté a todos esos tipos de allí mil dólares a que podría mearme encima de vos y de todo tu bar y quedarme riendo en tu cara al terminar.
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Bien, este no es un chiste de borrachos, pero trata de una madre que quiere evitar que su hijo se haga borracho:
Una madre, enseñando a su hijo acerca de los efectos secundarios del alcohol, toma dos tazas, una la llena con agua y la otra con whisky. Ella dice: Quiero que mires esto. Entonces pone un gusano en la taza con agua y éste anda tranquilamente dentro del agua, luego pone un gusano en la taza con el whisky y el gusano se muere inmediatamente. Entonces dice, sintiendo que ha dejado su punto esclarecido: ¿Qué me puedes decir acerca de lo que acabas de mirar? El niño responde: ¡Que si bebo whisky no voy a tener gusanos!