Voy con los chistes cortos de Pepito
– Pepito, Símon Bolívar fue un militar venezolano que nació en Caracas ¿y murió en…?
– Murió enfermo, profesora.
Llega Pepito donde su mamá:
– Mamá, ya me aburrí de jugar con Juancito al rompecabezas.
– ¿Y eso por qué, Pepito?
– Porque al primer reglazo en la cabeza se pone a llorar.
Van Pepito y Pedrito después de la escuela, y Pepito pregunta:
– ¿Cómo te fue en el exámen, Pedrito?
– Me fue mal porque no respondí ninguna de las preguntas, Pepito.
Y viene Pepito con una de sus épicas conclusiones:
– Yo tampoco respondí nada, pero creo que entonces la profesora va a creer que nos copiamos.
Llega Pepito donde su papá y le pregunta:
– ¿Papá, recuerdas cuando me dijiste que me darías 1000 pesos si aprobaba todas las clases y pasaba de grado?
– Ay Pepito, ¡qué alegría! ¿Ya pasaste de grado?
– No, papá. Te ahorraste los 1000 pesos.
Está Pepito en clases y la profesora de matemáticas le pregunta:
– Pepito, si en un bolsillo del pantalón tienes 20 pesos y en el otro bolsillo tienes 100 pesos, ¿qué tienes?
– Los pantalones de otra persona, profesora.
Viene la mamá de Pepito y le dice:
– ¡Pepito, no vuelvas a decirle a tu hermanita que es fea! Ve a decirle ahora mismo que lo sientes mucho.
– Hermanita, siento mucho que seas fea.
Le pregunta la profesora a Pepito:
– Pepito, ¿en casa rezas antes de comer?
– No, profesora, mi mamá es muy buena cocinera.
Llega la mamá de Pepito y le pregunta:
– Pepito, ¿por qué le pegaste en la cabeza a tu hermana con la silla del comedor?
– Es que primero lo intenté con el sofá de la sala, pero pesaba demasiado pesado.
Le dice un amigo a Pepito:
– Pepito, andas puesto un zapato café y otro negro.
A lo que Pepito contesta:
– Sí, ya lo sé, y en casa tengo otro par igualito.
Viene el papá de Pepito y le pregunta:
– Pepito, ¿cómo saliste en el examen de hoy?
– Todavía no sé, pero la profesora es muy religiosa.
– ¿Religiosa? ¿Por qué lo crees así, Pepito?
– Es que cuando le entregué mi examen y lo miró, no paraba de decir: “Dios mío, este niño...”, "Dios santo, este niño...”.
Viene la madre de Pepito y le dice:
- Pepito, pórtate bien, porque cada vez que haces algo malo me sale una cana.
- Ahhh, entonces tú no te portabas bien, porque mira cómo está la abuela de canosa.
Está Pepito en clases y la profesora le pregunta:
– Pepito, ¿cómo te imaginas la mejor escuela del mundo?
– Me la imagino cerrado, profesora.
Está Pepito bañándose y le dice a su mamá:
– Mamá, pásame otro shampoo, que este dice para cabello seco y yo ya me lo mojé.